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domingo, 11 de diciembre de 2016

ABUSAR DE LA CARNE AUMENTA EL RIESGO DE INSUFICIENCIA CARDÍACA


Una dieta rica en proteínas procedentes de la carne puede aumentar el riesgo de insuficiencia cardíaca en las mujeres mayores de 50 años, mientras que una alimentación adecuada puede prevenir esta enfermedad.


Aunque la insuficiencia cardíaca es bastante prevalente entre las mujeres posmenopáusicas, parece que se puede prevenir modificando la dieta de forma adecuada

En la investigación se analizó la dieta diaria de 103.878 mujeres, con edades comprendidas entre los 50 y los 79 años, desde 1993 a 1998. Durante este periodo 1.711 de estas mujeres desarrollaron insuficiencia cardíaca, y los investigadores observaron que aquellas cuya ingesta total de proteínas en la dieta era mayor tenían una propensión significativamente más alta a padecer esta enfermedad, en comparación con las que consumían menos proteínas a diario, o aquellas que ingerían proteínas procedentes de verduras.

Estos resultados se mantenían con independencia de otros factores como la edad, raza, nivel educativo, o presencia de ciertas patologías como hipertensión, diabetes, anemia, enfermedad arterial coronaria, o fibrilación auricular. Además, los autores del trabajo emplearon datos de biomarcadores para comprobar con mayor precisión el consumo diario de proteínas: agua doblemente etiquetada -que evalúa la energía metabólica de un individuo-, y nitrógeno urinario -que se usa para determinar las auténticas cantidades de proteína dietética.

Las participantes también informaron sobre sus hábitos dietéticos -frecuencia de consumo y tamaño de las raciones- a través de la herramienta de evaluación dietética que más se usa en estudios epidemiológicos de dieta y salud, el Food Frequency Questionnaire. Como ha explicado Mohamad Firas Barbour, uno de los autores del trabajo, la insuficiencia cardíaca es bastante prevalente entre las mujeres posmenopáusicas, pero parece que se puede prevenir modificando la dieta de forma adecuada.

Así, y de acuerdo con las recomendaciones de la Asociación Americana del Corazón, el riesgo de padecer esta enfermedad y otras similares se podría reducir significativamente con una alimentación rica en frutas, verduras, granos enteros, pescado alto en ácidos grasos omega 3 -como salmón, sardinas, atún o trucha- lácteos bajos en grasa, nueces y carnes magras (aves de corral sin piel), y limitando el consumo de carne roja y productos azucarados.


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