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viernes, 16 de diciembre de 2016

ALIMENTACIÓN EN NIÑOS CON CÁNCER


Cubrir las necesidades nutricionales en los niños que sufren algún proceso oncológico es clave a la hora de afrontar el tratamiento y superar la enfermedad. Te recomendamos 


cómo mejorar sus efectos secundarios.

Alimentación en niños con cáncer

A pesar de que ha disminuido notablemente en las últimas décadas, el cáncer infantil continúa siendo la primera causa de mortalidad debido a enfermedad entre niños mayores de un año. En España, la incidencia actual de cáncer es de uno por cada siete mil niños, lo que supone unos 950 casos nuevos al año. La propia enfermedad, así como la duración y agresividad de los tratamientos, hacen que el mantenimiento o conservación de un adecuado estado nutricional sea fundamental.


En todos los seres, la alimentación debe cubrir las necesidades, tanto de energía como de diferentes nutrientes, solo así se consigue un estado de nutricional correcto y un balance energético adecuado. En los niños, el gasto energético es mayor que en otras edades debido a las necesidades causadas por el crecimiento. Pero, además, debido a los procesos oncológicos, la necesidad de calorías aumenta hasta un 30% por encima de los requerimientos de un niño con características similares que no padezca cáncer. Si tenemos en cuenta que la pérdida de apetito o anorexia es uno de los síntomas más frecuentes, conseguir un consumo de alimentos suficiente y continuado resulta complicado.

Como pautas generales a seguir en la alimentación de los niños con procesos tumorales debieran pasar, en primer lugar, por personalizar la dieta a las circunstancias individuales de cada niño y, por supuesto, siempre debe ser una pauta viva y en evolución para ajustarse a los cambios y modificaciones que, seguro, van a experimentar.

Pautas de alimentación en el cáncer infantil


Debido al aumento de necesidades calóricas y proteicas en niños con cáncer es recomendable seguir unas pautas que faciliten el manejo de la alimentación en estos pequeños:

o  Fraccionar las comidas en cinco o seis tomas a lo largo del día, ya que son mejor toleradas comidas poco abundantes y más frecuentes.
o  Tomar de todos los grupos de alimentos y no restringir platos antes de que sea estrictamente necesario por el posible rechazo o aversión del niño.
o  Incluir a lo largo del día, como mínimo, dos raciones de alimentos proteicos: carne, pescado, huevo, lácteo, legumbre, frutos secos, etcétera.
o  Los alimentos ricos en hidratos de carbono son también importantes en estas dietas, ya que ofrecen energía a corto plazo y facilitan el que las proteínas realicen su función estructural.
o  Incluir también cinco raciones de verduras y frutas al día, adecuando la cantidad de los platos a la edad y situación del niño.
o  Vigilar la hidratación, preferentemente a base de agua, evitando concentrar grandes cantidades en algún momento, puesto que reduce la sensación de apetito.
o  Adecuar las comidas a los momentos de mayor apetito del niño, sin importar en exceso si corresponden o no a las ingestas que consideramos más tradicionales. Por ejemplo: en ocasiones el desayuno es la comida mejor tolerada y hay que aprovechar dicha circunstancia aumentado el valor calórico. Introducir huevos, carnes, cereales, etcétera.
o  Incrementar las calorías de los platos sin ampliar el volumen. Se puede enriquecer la comida añadiendo ingredientes como aceite de oliva, queso rallado, frutos secos, leche en polvo, mantequilla.

A continuación presentamos algunos de los efectos secundarios más comunes durante el tratamiento de quimioterapia en el cáncer infantil y las estrategias dietéticas para combatir estos problemas. No en todos los niños, ni en todos los ciclos se desencadenan todos, pero sí es frecuente que, en uno u otro momento del proceso, sufran alguno de ellos. Las siguientes pautas le ayudarán a sobrellevarlo un poquito mejor.

Dieta para combatir la pérdida de apetito en el cáncer infantil


Uno de los efectos secundarios del tratamiento del cáncer infantil que suelen presentarse con más frecuencia es la anorexia o pérdida de apetito.

Si la anorexia es intensa y prolongada y se restringe mucho la ingesta sin poner remedio a través de otros tipos de alimentación (nutrición enteral donde se conecta el alimento con el estómago o intestino a través de una sonda o nutrición parenteral, donde se infunde directamente la alimentación en torrente circulatorio) puede conllevar una desnutrición que empeore el pronóstico y el tratamiento del tumor.

Algunos consejos básicos para paliar este contratiempo con la dieta pueden incluir:

o  Adecuar la dieta a los gustos, características y estado del pequeño o pequeña.

o  Fraccionar la ingesta. Se toleran mejor comidas poco copiosas y frecuentes.

o  Comer en ambiente relajado y en compañía.

o  Mantener la habitación donde come el niño bien ventilada y sin olores.

o  Conseguir mayor rendimiento calórico: aumentar contenido energético y nutricional en pequeño volumen.

o  Enriquecer los purés, el arroz, la pasta, los postres, la legumbre con: huevo, leche, quesito, nata, queso rallado, mantequilla, picatostes, bacon, carne picada, embutidos, salsas, maíz, guisantes, frutos secos, aceite de oliva virgen, miel, mermelada, confitura, membrillo, caramelo líquido, etcétera.

o  Usar salsas con los platos que lo permitan: bechamel, salsa rosa, holandesa, de yogur, de queso, tártara, de tomate u otras.

o  Elaborar ensaladas con alimentos calóricos: aceitunas, aguacate, atún en aceite, queso, jamón, nueces, pistachos, almendras, pipas, plátano, uvas, etc.

o  Cocinar con rebozados, empanados, enharinados, siempre que el estado digestivo lo permita.

o  Evitar tomar agua o líquidos durante las comidas. Mejor antes o entre horas a pequeños sorbos, ya que reduce el apetito al provocar distensión gástrica.

Pautas para combatir náuseas, vómitos y diarrea en el niño con cáncer


Las náuseas y vómitos son otro de los problemas más frecuentes en los niños tratados por algún cáncer y que, en determinados momentos, puede llegar a impedir de manera total la ingesta por boca. Suelen ser más intensos por las mañanas, mejorando los síntomas a medida que avanza el día. De nuevo es posible recurrir a algunas herramientas para mejorar este efecto secundario en los niños:

o  Prescindir de olores intensos. Es mejor que el niño no esté presente en la cocina durante el cocinado.
o  Evitar sabores intensos: condimentos, picantes, etcétera.
o  No dar alimentos líquidos en momentos de náuseas, ya que empeoran el problema.
o  Tomar alimentos secos, sin salsas ni caldos: pan tostado, galletas, palitos de pan, tortitas…
o  No ingerir alimentos lácteos en momentos de náuseas y arcadas.
o  Evitar alimentos y preparaciones grasas o muy recargadas.
o  Comer despacio, masticando bien.
o  Se toleran mejor platos básicos y poco elaborados.
o  La tolerancia mejora con alimentos a temperatura fría o ambiente.

Alimentación frente a la diarrea en el cáncer infantil

En determinados momentos del tratamiento del cáncer infantil, se pueden alternar periodos de estreñimiento, con etapas diarreicas. La diarrea puede estar provocada por el propio tratamiento del tumor del niño, con lo que la implicación de la dieta no es directa, aunque sí es cierto que, si este efecto no se prolonga mucho en el tiempo, algunas pautas básicas para no aumentar demasiado la fibra de la dieta mejoran la diarrea. Y es conveniente recordar que, tras un periodo de diarrea, es habitual un cierto periodo de estreñimiento, que no es tal. No hay tener prisa en introducir demasiada fibra en la dieta del niño ya que se podría recaer en la diarrea.



Las pautas alimentarias para frenar la diarrea del niño con cáncer son:


o  La dieta ha de ser progresiva y adaptada al estado patológico del niño.
o  Se comienza la dieta de progresión con alimentos suaves: pollo, pescado, tortilla, arroz, etcétera.
o  Evitar el consumo de lácteos en un inicio, excepto el yogur natural.
o  Es mejor usar técnicas de cocina sencillas y con poca grasa.
o  Resulta conveniente hacer comidas frecuentes y poco abundantes.
o  Tener muy en cuenta la hidratación.
o  Introducir alimentos con fibra paulatinamente (puré de verduras).
o  Ir comprobando su tolerancia en todo momento.
o  Dejar para el final ensaladas, legumbre entera y cereales integrales (por su gran contenido en fibra).
o  Dejar también para el final la leche, no por su contenido en fibra, sino por su capacidad de aumentar el movimiento intestinal.
o  Tomar probióticos y prebióticos para mejorar la microbiota, cuando se toleren.
o  Fomentar el consumo de fibra soluble, que se utiliza como probiótico: salvado de avena, nueces, lentejas, manzana, naranja, zanahoria, berenjena, calabaza, ciruela, higo, borraja, etcétera.

Trucos para combatir la mucositis y odinofagia en el cáncer infantil


La mucositis y la odinofagia son síntomas que consisten en la inflamación y ulceración de la mucosa de la cavidad oral, lo que hace que el proceso de alimentación en los niños con cáncer resulte muy doloroso. Indicamos a continuación algunos trucos para paliar este problema que tanto entorpece la ingestión de la dieta:

o  Fraccionar las comidas y que sean frecuentes y pequeñas.
o  Comer despacio, masticando muy bien los alimentos.
o  Elegir alimentos de fácil digestión: poca fibra, poca grasa, poca acidez, poca cantidad.
o  Esquivar los alimentos ácidos: cítricos, vinagre, tomate, etcétera.
o  No dar alimentos duros y que se fragmenten en trozos con picos y aristas: biscotes, galletas, patatas fritas comerciales. Usar salsas o elementos lubricantes para evitar rozamientos: salsa de yogur, bechamel, nata, mayonesa, gelatina…
o  Nada de platos picantes: comida oriental, etcétera.
o  No caer en el exceso de condimentación al cocinar o aliñar: salazones, salsa barbacoa, alimentos precocinados, etcétera.
o  Evitar alimentos adherentes o que se pegan al paladar del niño y son difíciles de movilizar: quesito, puré de patata, pan de molde…
o  Los postres que no sean excesivamente dulces, ya que también son irritantes.
o  Tomar alimentos fríos o a temperatura ambiente.
o  En ocasiones es recomendable triturar los platos y tomar purés, cremas o batidos no muy calientes.
o  Se pueden beber los líquidos con pajita.
o  En ocasiones, el dolor y la inflamación se reducen si, antes de la comidas, se toma algún helado de hielo (polo, flash), se mantiene en la boca agua fría o incluso hielo picado.

Pautas alimentarias frente a la disgeusia del niño con cáncer


La disgeusia es un efecto secundario de la quimioterapia que consiste en la alteración del sentido del gusto que conduce a la modificación del sabor y olor habitual de los alimentos. Es frecuente que el niño que pasa por un proceso oncológico encuentre sabores metálicos y desagradables que condicionan la no ingesta de determinados grupos de alimentos, incluso aquellos que antes del proceso podían figurar entre sus preferidos. Para reducir este problema se puede recurrir a los siguientes consejos:

o  Evitar, momentáneamente, el alimento problemático y sustituirlo por otro u otros del mismo grupo, si es esencial.
o  No hacer preparaciones muy recargadas y elegir comidas con poco sabor y olor. Excluir alimentos como el pescado azul, col, coliflor, alioli, ajo, cebolla, alimentos quemados…
o  Existe mayor apetencia del niño por los sabores salados o dulces.
o  Tomar platos fríos o a temperatura ambiente.
o  Los alimentos a la plancha, horno y hervidos son los que mejor se toleran.
o  Evitar dorar demasiado o quemar los alimentos.
o  Algunos de los alimentos que más problemas ocasionan son la carne roja y el pescado, especialmente azul. No ofrecer estos alimentos como tal y ponerlos en forma de brocheta, croqueta, lasaña, triturados en purés, etcétera.

Para contrarrestar el sabor metálico de los alimentos:

o  Enmascararlo con otros sabores fuertes: queso curado, encurtidos, jamón serrano, fuet, chorizo, etcétera.
o  Usar salsas que compitan con el sabor del alimento principal.
o  Tomar limonada o zumo de limón.
o  Insistir al pequeño para que mantenga una buena higiene oral y dental con sensación de frescor. Vigilar la limpieza de los dientes y usar pastillas mentoladas o chicles si es necesario.
o  Emplear cubiertos de plástico, madera u otro material que no sea metálico.
o  Añadir unas gotas de limón, gaseosa, cola o zumo de frutas al agua, si sola resulta desagradable.

Cómo contrarrestar la bajada de las defensas en el niño con cáncer


La neutropenia o bajada de las defensas en el niño con cáncer es un problema que afecta al sistema inmune, que se ve resentido y se aumenta la vulnerabilidad frente a infecciones. La mayoría de las recomendaciones en este apartado van en sintonía con mantener una higiene adecuada y las normas de seguridad alimentaria básica, que permitirán elevar las defensas del pequeño mientras dure el proceso oncológico:

o  Cocinar bien los alimentos que significa alcanzar los 65-70º C en el centro del producto. Las carnes pasan de color rojizo a marrón, el pescado magro de color rosado a blanco y se cuaja la yema del huevo.
o  Descongelar los alimentos en frío y no mantener platos a temperatura ambiente, especialmente en verano o épocas calurosas. Además, no es aconsejable volver a congelar un alimento descongelado.
o  Vigilar las fechas de caducidad y consumo preferente.
o  No mezclar alimentos crudos y cocinados.
o  Es conveniente lavarse frecuentemente las manos y los padres que cocinan para estos niños no deben secarse con trapo de cocina, sino con papel desechable.
o  Usar la olla a presión para cocinar siempre que sea posible.
o  Mantener una estricta higiene en la cocina y en sus herramientas: tablas de corte, frigorífico, trapos de cocina, etcétera.
o  Poner a remojo verduras y hortalizas de consumo en crudo con unas gotas de desinfectante, y después aclarar abundantemente.
o  No comer carne cruda o poco hecha: carpaccio, chuletón, plancha…
o  Evitar el consumo de pescado crudo o poco hecho: sushi, marinados, ahumados, escabeches o similares.
o  No tomar quesos que no se elaboran con leche esterilizada o aquellos enmohecidos. Restringir: gorgonzola, roquefort, cabrales, brie, camembert, stilton, feta, cheddar ácido.
o  Tomar todos los lácteos pasteurizados o esterilizados.

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