Al romper el ayuno nocturno con agua nuestro organismo se
hidrata y empieza la jornada saciado, por lo que podremos controlar más
fácilmente la cantidad de alimentos que consumimos durante el día.
El agua es uno de los elementos más importantes que componen
nuestro organismo y se estima que el cuerpo contiene entre un 55% y 78%,
dependiendo de su tamaño.
Muchos aún ignoran el papel que desempeña este preciado
líquido en la salud pues, a menudo, se prefieren otro tipo de bebidas para
calmar la sed e hidratarse.
Lo cierto es que el agua tiene un poder sanador que ningún
otro líquido puede ofrecer y quienes logran incorporarla en su vida como un
hábito diario pueden gozar de los múltiples beneficios que tiene para prevenir
y combatir una gran cantidad de afecciones.
¿Estarías dispuesta a beber agua después de levantarte? Su
consumo justo en el primer momento del día puede hacer maravillas por el cuerpo
y la salud en general.
Por esta razón, hoy vamos a revelarte sus virtudes y todo lo
que logras al incorporarla en tu vida.
Mejora la actividad cerebral
El consumo de agua es la forma más idónea para hidratar el
organismo y apoyar cada una de sus funciones.
El cerebro es uno de los órganos que más se beneficia con
una adecuada hidratación, ya que esta permite que sus células se oxigenen y, a
su vez, lo ayuda a mantener alerta.
Salud renal
Los riñones requieren de una cantidad importante de líquido
para funcionar en óptimas condiciones y así deshacerse de los desechos a través
de la orina.
Tomar agua en ayunas es una forma de apoyar su trabajo, en
especial cuando se sabe que está sobrecargado en tareas.
Buena digestión
Un solo vaso de agua en ayunas puede contribuir a combatir
afecciones del sistema gastrointestinal como, por ejemplo, el estreñimiento.
Su ingesta se requiere para la adecuada disolución de los
nutrientes y gracias a ello el organismo los puede absorber para transportarlos
a las células que la necesitan.
Desintoxicación
El organismo día a día acumula grandes cantidades de sustancias
de desecho que no necesita para trabajar y que, de no ser eliminadas, pueden
originar muchas enfermedades crónicas.
Cuando se bebe agua después de levantarse se apoya el
proceso de eliminación de toxinas y de este modo se contribuye a depurar el cuerpo
y aumentar el metabolismo.
Piel saludable
Los primeros signos de la deshidratación se pueden notar en
la piel puesto que esta pierde iluminación y empieza a sufrir de resequedad.
Adoptar el hábito de tomar agua en ayunas garantiza la buena
salud de la piel al ayudar a mantener su elasticidad y firmeza.
Bajar de peso
Aunque no podemos afirmar que el agua sea un “quemagrasas”
natural, lo que sí podemos decir es que es un apoyo imprescindible para
aquellos que están tratando de adelgazar.
Al tomarla en ayunas el organismo siente una mayor sensación
de saciedad y durante el resto del día es más sencillo controlar la ingesta de
calorías.
Protege los músculos y las articulaciones
Aportarle agua al cuerpo antes de ingerir cualquier otro
alimento o bebida es una de las mejores maneras de lubricar los músculos y las
articulaciones para que funcionen sin problemas en cada una de las actividades
del día.
Más energía
Después de la noche, es probable que el cuerpo despierte
deshidratado. Al no tener líquido suficiente las células no reciben la
oxigenación necesaria y tanto los músculos como el cerebro se pueden ver afectados.
Al proporcionarles agua a primera hora del día se estimula
un mayor flujo de oxígeno y esto recargará de energías tanto en lo físico como
en lo mental.
¿Cómo empezar a tomar agua en ayunas?
Al principio puede ser un poco complicado adoptar este
hábito, sobre todo porque el cuerpo no está acostumbrado. Por ello, se aconseja
empezar con uno o dos vasos hasta lograr ingerir 4 vasos antes del desayuno.
Después de su ingesta, tendrán que pasar 30 o 45 minutos
para comer un desayuno o tomar otro tipo de bebidas.
Es importante tener en cuenta que el consumo de agua se debe
hacer de forma tranquila y gradual, ya que si se toma toda la cantidad
recomendada de un solo golpe puede provocar efectos negativos.
Durante el resto del día también se puede ingerir más agua
para potenciar sus beneficios, pero no se debe tomar en exceso porque puede
provocar sobrehidratación y mayor sobrecarga de trabajo para los riñones.
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